La carga genética determina, junto con la influencia de los factores ambientales, el proceso de envejecimiento en la mujer. La disminución de la concentración de los niveles de estrógenos, que ocurre después de la menopausia origina una serie de modificaciones en numerosas zonas del cuerpo femenino, incluyendo el suelo pélvico y el área genital, debido a la presencia de receptores de estrógenos en el tracto urogenital inferior y genitales externos (trígono, uretra, vagina, vulva, vestíbulo y labios). La menopausia causará en algún momento, síntomas genitourinarios importantes que afectarán la calidad de vida de la mujer
Síntomas uroginecológicos
- Síntomas como sequedad vaginal, dolor, dispareunia, aumento de frecuencia urinaria, nicturia y urgencia miccional son extremadamente frecuentes en mujeres posmenopáusicas. La prevalencia de incontinencia urinaria aumenta con la edad. Globalmente, el 25% de las mujeres reportan incontinencia urinaria, de las cuales 7% la consideran importante; 50% de las mujeres presentan incontinencia urinaria de esfuerzo, 11% incontinencia de urgencia y 36% incontinencia mixta.
- Sin embargo, hay una amplia variedad en los síntomas y signos de envejecimiento urogenital.
- La pérdida de lubricación y los cambios hormonales pueden llevar a una disfunción sexual. El tratamiento de esta condición mejora la calidad de vida, no sólo en la mujer sino también en su pareja.
- Los síntomas urogenitales responden bien a los estrógenos. Frecuentemente se requiere tratamiento a largo plazo, debido a que los síntomas pueden recurrir con el cese de tratamiento. No se han identificado riesgos sistémicos con estrógenos locales de baja potencia/baja dosis.
- El uso de THR (terapia hormonal de reemplazo) sistémica para el manejo de la atrofia urogenital o de infecciones urinarias bajas recurrentes, no parece prevenir la incontinencia urinaria y no es preferible sobre el uso de estrógenos locales en dosis bajas.
- Luego de cambios en el estilo de vida y de reeducación vesical, las drogas antimuscarínicas combinadas con estrógenos locales constituyen el tratamiento de primera línea en mujeres posmenopáusicas con síntomas sugerentes de vejiga hiperactiva.
- Todas las mujeres que presentan incontinencia urinaria por estrés, se beneficiarán con el entrenamiento de la musculatura pélvica en primera instancia. La duloxetina puede actuar sinérgicamente con una terapia conservadora. Sin embargo, muchas mujeres serán finalmente intervenidas quirúrgicamente, siendo las cintas retropúbicas y transobturatriz los procedimientos preferidos.
- Actualmente no existe un rol para terapia estrogénica sistémica en mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo pura,
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